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miércoles, 24 de diciembre de 2014

TNT en Navidad

TNT de Navidad
Con el rigor del frío engatusando mis huesos, me enfrento al ritual de la melancolía en trago de ausencia e ilusión. Reconozco que ya la dicha emocionada de los infantes no es la que puebla los pelos de mi barba. Pero pretendo conservar un regusto navideño en el paladar de mi presente. Brindo pues por los ausentes que conservamos en el mejor de nuestro recuerdo e hicieron de estas fiestas lo entrañable que queremos traspasar.

Reconozco que los años trascienden y determinadas tradiciones se viven de distinta manera pero no hay que olvidar el espíritu eternamente joven que nos regala. Desde luego, ya no pedimos el aguinaldo y nos devuelven un palo largo, o caramelos o monedas para encapricharnos las jornadas venideras. Que los villancicos tienen otro sabor y que para los aficionados al baloncesto, el torneo Navideño del Real Madrid era parte de estas festividades frías que hacían fueran cálidas con todas estas acciones.

En esencia la vida debería ser un villancico constante pero ya que no lo es, aprovecharemos pues las buenas acciones, intenciones y deseos del prójimo. Pero que los culpables no pretendan de la emoción aprovecharse mas de lo que pueblan la honestidad del día a día. Porque truhanes de mal fario siempre han existido y su delito culposo es oprobio para el común ignorante.

Por eso, hoy, he decidido acompañar mi pensamiento mientras transcribo estas líneas, de la música de un grupo pionero. Transmitiendo lo que la Navidad debe ser. Con la sencillez y humildad de la apostura, la honestidad del trato y la ingenuidad de aquellos años. Me refiero a los TNT, grupo germinal del rock en Español. Integrado por tres hermanos, cuyas iniciales de los nombres formaban el acrónimo del grupo. Después de vagar por Latinoamérica, en 1962 se asentaron en España, de la mano de la compañía Belter. Además de editar éxitos de perfil pop y de rock sencillo, grabaron villancicos que engatusaron a la sociedad de aquella época.

Así pues, nada mas que trasmitir la fuerza de los TNT de una manera honesta e ingenua. Porque los tiempos han adelantado una barbaridad pero los valores se han perdido por el camino. Y la estrella de Oriente no es una pequeña ilusión de esfuerzo y valoración. Sino la ruleta de un gran hermano, un corrupto, una frívola de tanga sucia y sostén de silicona lleno.  O pequeños Nicolás que intriguen y sonrían en fotos ajenas. Esa es la España que nos llega con fantasía distorsionada alejada de la pandereta y la botella de anís al son del tamborilero.

Aunque la nochebuena como en el chiste la pasen bien o en familia, disfrútenla con la fuerza de la dinamita y la expresión de un niño. Auténticos en la sinceridad del deseo y el abrazo compartido. Del brindis en mano y del discurso dado. El brasero colmado de picón y que las noches de invierno sean noches de boda. Embozados por el rigor compartamos la virtud del hombre y que nuestro brazo no sea derrotado por el pulso de la injusticia. Que los hombres de buena voluntad venzan la trama inoportuna de la serpiente en los ojos de los poderosos. El descrédito sea moneda cambiada y volvamos a tener esperanza. Sólo espero el discurso del Rey que no veré pero mañana intuiré, deje algo de verdad en este fango que nos inunda. Ojalá que haya más que un tirón de orejas a su hermana y todo lo demás sea ejemplo de virtud. Aquí y ahora, esta noche el "niño" puede y debe darnos un nuevo impulso para ver la luz. No sólo la de la Estrella sino del futuro de España y de los iluminados que rigen los designios de nuestra patria. Dejemos ya el ostracismo, el silencio y la opacidad. Que su única solución no sea una ley de mordaza y represión. Porque será síntoma de miedo y de inexistentes ideas que den con la solución al cambalache de nuestro escenario social y político.

Así pues, disfruten de las viandas. Compartan su tiempo e inunden su tiempo de Navidad, les será recompensado en lo más profundo de su alma. Denle al TNT y armen la marimorena. Feliz Navidad y disfruten de mi ausencia hasta que el tiempo guste. Gusten de un aullido vital y de mucho rock and roll.