Serie. Basado en canciones Elvis Presley "Stranger in my Own home Town"/"Stranger in The crowd".

Aturdido y despistado. Quizás desubicándose el perfil de mi gesto dedicado al nombre de mi ausencia. No me encuentro aunque tercie un sol bajo la almohada de mis desvelos. Mis pies son interrogantes pasivos que no encuentran el camino. 

Me asomo a la ventana y me asola el territorio de la duda. Cuestión que enturbia el amanecer cuando llega para molestar la presencia de la poca calma que me queda. No hay remedio, veo la gente pasar. La multitud aturde las calles y yo soy un extraño en mi ciudad. La que me vio nacer y en sus alzas me erigí como un solitario más. Eso es lo que soy un exiliado de mi propio territorio, del barrio que crecí y de las noches que alumbré. De nada sirve ser hombre de buena fe. La educación no es un bien común que se quiera obtener. También niegan la voz de la amabilidad y la humildad es una losa para el que quiere ser. 

Esta vida ya no es para mi. Un vagabundo entre la multitud y muchas cosas que decir. Partida la realidad de los pecados que no cometí. Esta incomprensión hace de mi sentimiento culpable, mientras las caras giran a mi alrededor. Impaciente he fumado un cigarrillo cuestionándome los bocados amargos del presente. Extraño en mi ciudad y la multitud es ajena a mi. Los amigos partieron y las razones de la multitud me enervan aunque el tiempo pase y no vuelva más. No conservo ganas en formol, tras el inodoro buscaron húmeda libertad. Fumo la vida en mi soledad extraña como la presencia de mi ser entre la multitud que fagocita cualquier aspiración. Se que algún día encontraré mi verdad. 

Aunque muchas veces solo es la mejor solución. 

JaviJerryLee®2015 enero día 16

Serie. Basado en canciones. Walkin' in New York. The Manhattan Transfer

Serie. Basado en canciones. 

Walkin' in New York. The Manhattan Transfer

El día había sido tan duro como los raíles del metro que atravesaban la ciudad. No sentía el pulso y las ganas flojeaban a su paso por las populosas calles. Caminando por New York la osadía del ritmo acompasaba su soledad. Mitigando el follón de humanidad que compendiaba el guión de los grises días del invierno comprendido. Eran sus pasos razones de enero para vencer la cuesta del mes y su sabor a nieve quemada. 

Tal era el impulso que la ciudad y él eran un mismo latido. Nueva York saciaba su corazón en el apetito diario de hombres como él. Expresión de ausencia aferrado al deseo de compartir. 

Siempre quiso escapar y sus pensamientos volaban con rumbo anhelado en los sueños anidados. Como perteneciente a esas familias de aves migratorias que reservaban billete de vuelta, para así el edificio reservar. Alguna vez paseaba por Nueva York con un amigo charlando de la vida tal y como creyeron que fue. Y tal vez, como el deseo vistió la verdad de sus anhelos. Por eso, no perdió las ganas de caminar por New York. Reconfortado a pesar de la inmensidad de la urbe sin fin. Un buen amigo es la solución a los problemas de la polución del gigante y la boina de la desesperación. Un compañero de fatigas con el que disfrutar del tiempo, despreocuparse tomando un café recitando las palabras de la amistad. Mientras escuchas el latido de la calle en el corazón de la gran manzana. Palpitando visceral convirtiendo y haciéndote participe de la zona en la que paces y vives.  

Los años traspasan el umbral y ves partir el día como el bucanero que fue. Robándote una perla escondida, tomando el tiempo que a nuestras vidas perteneció. Aún así no pierda su gesto maldiciendo. Será innecesario. Seguirá siendo parte del latido de la gran ciudad, no podrá revolverse.  Pertenece a la inmensidad del latido, caminando por las calles al ritmo que le dan. Porque su corazón es parte ya de New York. 

Si pertenece al ritmo de la gran ciudad y no hay nada que lo pueda cambiar caminando por la gran ciudad. 

JaviJerryLee®15 de enero 2015